viernes, 13 de noviembre de 2009

Tropezar 1000 veces en la misma piedra



No es que yo sea demasiado roja, sino que en España siguen quedando demasiados fachas.
Hoy sábado, me parecía apropiado levantarme tranquilamente, prepararme una buena taza de capuccino y disfrutarla mientras leía los periódicos. Estaba dispuesta a redactar algo sobre arte, literatura o música… en fin, ¡relajarme! Pero ver que en Madrid los centros privados superan ya a los públicos me ha puesto muy nerviosa.
Ayer la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) publicó una estadística en la que anunciaba las cifras que a mí más que preocupantes me parecen humillantes. Así que ¿mis impuestos, los de mis vecinos, los de mi fontanero, los de mi panadero,…, se dedican a pagar los colegios a los ricos? Como dije ayer, a este país y, sobre todo, a esta Comunidad le falta mucha decencia.
Que quede claro que no me sitúo en contra de la educación privada (quién quiera invertir ahí, que lo haga, como si quieren invertir en petróleo en Sudán) pero lo que no tolero es que sea el Estado quien promueva dicha inversión. Porque me parece que privado es antónimo a fondo público, y esta encuesta lo único que hace es agravar más una situación que yo ya temía desde hacía tiempo.
¿Qué es eso de subvencionar la educación? Bien, para los que no sepan muy bien de lo que va la historia, un centro subvencionado es aquel que recibe “ayudas” por parte de la Comunidad pero que es gestionado por un privado. De esta manera, como siempre, los beneficios vuelven a caer en Madrid en manos de los mismos.
Son estos colegios contra los que yo me posiciono: quien tenga dinero y se lo quiera gastar, que lleve a sus hijos a un centro privado y lo pague, pero que los impuestos públicos vayan a la educación pública, a mejorarla y no a marginarla. Esto parece ser la gran maría del Partido Popular, que parece todavía no entender lo que es el Estado del Bienestar.
Pero que los centros privados en Madrid superen el 50% frente al 30% estatal me parece un insulto para la opinión pública. Aunque bueno, ya dije en su día que para Esperanza Aguirre no somos más que apio, y esta noticia parece darme la razón. Ayer también la Presidenta de la Audiencia Nacional, María Emilia Casas, afirmaba en Getafe que había que reformar la Constitución porque se había quedado obsoleta. Creo que deberían de comenzar por revisar lo relativo a la gestión de las Comunidades Autónomas. Así nos evitaríamos que llegaran cuatro fascistas de turno a hacer las cosas a las que nos tienen acostumbrados al resolver los conflictos de competencias positivos y negativos. Y, bueno, igual muerto el perro se acabaría la rabia….

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