jueves, 12 de noviembre de 2009
Sanidad Pública
La señorita Aguirre (que por sus modelitos deduzco que le gustaría que le llamaran así, al más estilo Anita Obregón) se ha dedicado en los últimos años a construir hospitales por todo su feudo. El fin, según ella misma dijo y según el sentido común de los madrileños, era desmasificar los principales centros hospitalarios de la capital, como pueden ser el 12 de Octubre, la Paz o el Gregorio Marañón. Poco después nos enteramos que los hospitales serían semi públicos y que en las acciones de Miss Aguirre no estaba escondida la tan buena voluntad de la que todos dudábamos desde el principio. Porque si ella hubiera pretendido mejorar la calidad sanitaria de la Comunidad Madrileña no habría aceptado proyectos hospitalarios con aparcamientos kilométricos y televisiones de plasma en cada sala de espera, y habría dedicado el presupuesto a la contratación de personal. Así, cuando los pacientes fuéramos a Urgencias por un dolor de muelas, por una infección renal, por una inflamación pancreática no tendríamos que esperar viendo la tele de plasma durante una hora y media, y podríamos irnos a ver Sálvame a casa. Sin embargo, a la Espe le importa poco lo que le pase al paciente y al madrileño.
Hacer dinero es lo único que le interesa a nuestra elegante Presidenta, gratificándolo no sólo con la ruina de estructura sanitaria con la que tenemos que lidiar cada día los enfermos, sino cuando se calza los tacones y se va al campo de batalla a pelear por el futuro de Caja Madrid. Aunque, bueno, esto es sólo la cima del iceberg. Y no nos queda más remedio que ESPErar a ver qué es lo que se hunde antes: si Barbie Presidenta o Madrid.
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