sábado, 21 de noviembre de 2009

Rarezas


Ayer charlaba con un amiga sobre un chico al que le gusto. Me preguntó que si por mi parte estaba dispuesta a intentar algo con él y le dije claramente que no. Entonces ella, empezó a numerarme todas las virtudes de este tal Gonzalo (es guapo, buena persona y, encima, ¡está forrado!) y me preguntó por qué no quería darle una oportunidad. Fui bastante clara: “pues porque, sinceramente, creo que no tenemos nada en común”. Su respuesta fue aún más franca: “es que si buscas a alguien con tus mismos gustos y aficiones, no creo que encuentres a nadie”. Me hizo pensar. Me hizo creer que soy un bicho raro. ¿Acaso resulta tan atípico que me guste el cine neorrealista de Fellini, que en mis ratos libres lea a Beauvoir o a Walter Benjamin, que veranee en ciudad y no en playa, que prefiera el senderismo al aeróbic, que escuche a Yann Tiersen y aún defienda la perednidad de la ópera?
No sé, igual tiene razón... Igual quedándome en la superficie tendría más posibilidades de sobrevivir o, como mínimo, sería más feliz. Intentar ahondar en el sentido y el alma de las cosas me hace vivir en un enigma continuo, en una angustia que a veces no me deja respirar. El espíritu crítico no le funcionó bien a nadie (¿cuántos libros, a lo largo de la Historia, ardieron en la hoguera? ¡Hasta Aristóteles fue condenado a muerte, hace ya más de 2000 años!), ¿por qué me tendría que ir bien a mí?
Sin embargo, me alegra pensar que una vez, allá por el siglo XIX, proclamó la muerte de Dios, con todo lo que aquello suponía: la individualización a la que los hombres, desde entonces, estamos condenados. La individualización, en mi opinión, requiere que alcanzemos un estado cultural bastante más superior porque sólo eso asegurará nuestro éxito en la Postmodernidad. Un arma indispensable de adaptación al entorno, siguiendo los postulados de Darwin y sus discípulos. Pero, realmente, ¿el siglo XXI nos ha hecho más cultos? Creo que no, a pesar de que mi teoría esté apoyada en un binómio antónimo: Revolución Digital – Sociedad del Conocimiento. Me explico: un grupo de intelectuales hipotetizaron sobre que el hombre contemporáneo requeriría más elementos, incrementos e información para sentirse pleno. Esto, se creía (pienso, que de una forma demasiado positivista) daría lugar a una Sociedad del Conomiento, en la que todos habríamos alzando un nivel cultu-intelectual nunca antes conocido. Y fue debido a ello, sospecho, por lo que se produjo una Revolución Digital en la que gracias a progresos tecnológicos como pueden ser la Televisión o Internet accederíamos a dicho conocimiento de manera más sencilla y rápida. Sin embargo, esa rapidez como instrumento de discernimiento ha resultado un arma peligrosa, que en vez de crear a individuos más inteligentes ha creado a personas mucho más vagas. Simplemente porque esa Revolución Digital ha supuesto una monopoliazción de dicho conocimiento. Es decir: nuestra formación, ideología, actualidad,..., la reducimos a los que dichos soportes nos dicen y rara vez buscámos crear un pensamiento crítico a las cosas.
Las Revoluciones siempre han supuesto un cambio para las sociedades en las que se ha dado. La Gloriosa, la Industrial, la de Terciopelo,... , provocaron un giro de ciento ochenta grados en las realidades de la época. Sin embargo, en esta ocasión, creo que la Revolución Digital ha creado un hombre homogéneo y conformista. Hecho que me preocupa bastante teniendo en cuenta que el sistema de competitividad es mucho más alta en el mundo actual que antes. Por lo tanto, sería algo así como la pescadilla que se muerde la cola.
Pero lo peor de todo ya no es que seamos una Sociedad Cómoda, sino que lo que me hace perder los papeles es que el hecho de querer contrastar información, el hecho de ser críticos, el hecho de intentar nutrirte y crecer intelectualmente haga pensar a los demás que eres raro. Los mutantes son ellos, sin ninguna duda. Yo seguiré soltera pero por lo menos nadie me dará pesetas por duros.

1 comentario:

  1. ....es verdad no tenemos por que ser como los demas para acomodarnos a nuestro entorno, es nuestro entorno quien debe acomodarse a nosotros si no dejariamos de ser nosotros mismos......

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