martes, 1 de diciembre de 2009
Noticia Especializada
INTERPOL asegura que el contrabando de Patrimonio Artístico ocupa el tercer lugar en la lista de tráfico ilícito de bienes.
El contrabando de obras de arte mueve al año más de 3,5 mil millones de euros
El alto precio de las aseguraciones a las obras de arte de manera individual facilita a los ladrones el robo de obras de arte. Un negocio que pone en el mercado negro grandes cifras de dinero que, en ocasiones, se destinan para financiar otro tipo de actividades delictivas, como puede ser el tráfico ilegal de estupefacientes, personas o armas.
El robo de obras de arte podría ser una materia más en la Historia de esta disciplina. El FBI afirma que el contrabando de Patrimonio Artístico ocupa el tercer lugar en la lista de tráfico ilícito, que en un año puede mover más de tres mil millones de euros.
INTERPOL ha puesto en marcha en 2009 un archivo en el que hay registrados más de 34.000 objetos que han sido robados durante los últimos cincuenta años. Con esta medida, lo que se pretende es controlar a los vendedores y adquisidores de obras de arte que actúen dentro de la ilegalidad, ya que la Justicia condena la implicación en este delito con penas de cárcel.
The Art Loss Register (ALR) cuenta con la más importante base de datos mundial de obras robadas. Esta estructura afirma que en un año pueden llegar a robarse unas 10.000 obras de arte en todo el mundo. Su presidente, Julien Radcliffe, afirma que “los ladrones no son motivados por la estética ni por la importancia de las obras en la historia del arte, sino que son pandillas criminales que buscan sólo sacar dinero, y que utilizan las pinturas en transacciones de venta de armas o de droga”.
La lista de artistas más codiciados por los ladrones, dada por esta misma asociación, la encabezan dos españoles: en primer lugar, Picasso, con 693 obras robadas. De dicha cifra se excluyeron el pasado mes de febrero dos obras, que fueron recuperadas por la policía francesa tras ser robadas en París unos años antes. Las obras en cuestión son Maya a la poupée y Portrait de Jacqueline. Le sigue Joan Miró, con 388 obras y, ya en el cuarto lugar, Salvador Dalí, con 300 obras.
El profesor italiano Francesco Poli asegura que, en el caso de los bienes culturales, “para los traficantes resulta mucho más fácil hacerse con la obra de arte que desprenderse de ella. Éstas obras, casi siempre, permanecerán circulando en el mercado ilegal”. Las brigadas especiales de los países que más sufren este daño (Argentina, Francia e Italia) coinciden que los ladrones aprovechan la vulnerabilidad del sector, ya que en multitud de ocasiones el problema con el que se encuentran Museos, Galerías y Privados es el no poder hacer frente al alto precio que han de han de pagar por asegurar sus obras de manera individual. “Eso hace que”, continua Poli, “casi siempre se tenga que recurrir a pólizas totales y sistemas de seguridad débiles para la astucia y la creatividad de los cacos”. Pero, según aseguran Thomas McShane y Dary Matera en su libro Stolen Masterpiece Tracker, el bandido que pretenda vender su motín tendrá que tener en cuenta que el máximo valor que alcanzaría la obra sería un 10% de su tasación inicial. Es por ello que ante un robo, muchas veces, se cierra la investigación incluso antes de que haya comenzado, esperando que el tiempo termine poniendo ‘las obras en su sitio’.
Según explica un portavoz del grupo de Patrimonio Artístico de la Guardia Civil, este tipo de tráfico lo realizan en España “grupos formados por tres o cuatro personas, ya que las bandas organizadas se dedican a negocios más lucrativos, como el tráfico de drogas o de armas”. Él mismo explica que en el caso de las obras de arte, se actúa en cadena: “está el delincuente que roba el cuadro, este se lo da a otro que lo introduce en el mercado negro y de ahí va pasando de manos hasta que finalmente puede colocarse a alguien. Pero, hasta que se llega a la última mano, pueden pasar varios años”.
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